Fernando Alonso por fin ha terminado la pesadilla que vivió este año con Alpine. Acabó como empezó: con problemas con un A522 que se dedicó a fallar de principio a fin de la temporada.
Mucho piloto para tan poco coche. Ya había dicho en la previa del Gran Premio de Abu Dhabi que "es lo que hay" al referirse a un monoplaza que no tuvo la potencia necesaria en las sesiones de clasificación.
Seis abandonos. Seis. Todos por situaciones relacionadas con un monoplaza que demostró no estar a la altura. Otra queja más de él. Otra cara larga y el fin de un ciclo largo, larguísimo.
En la carrera final de la temporada 2022 de la Fórmula 1 paró en la Vuelta 28. Logró entrar a pits antes de bajar y despedirse del equipo.
Iba decimosegundo, estaba cerca de volverse a meter en puntos -de donde había salido tras su parada- y terminar de forma honrosa, pero no fue.
Ahora correrá en Aston Martin. Ahí hay otra clase de esperanza. Asume que las cosas van a alcanzarle para pelear por la gloria.
Este fin de ciclo con Alpine es similar al que tuvo con McLaren en el 2018, cuando decidió irse de la F1.
Seis abandonos. En esa campaña fueron en Mónaco, Canadá, Bélgica, Italia, Estados Unidos y México; ahora, en Arabia Saudita, Emilia-Romagna, Italia, Singapur, México y Abu Dhabi.
La mala noticia para Fernando es que se queda en 81 puntos; la buena, que por fin dejará de conducir para Alpine.
España, campeona en DNFs: