La situación del coche de seguridad al final del Gran Premio de Italia ha causado un gran revuelo en el paddock. Mientras que algunos pilotos y jefes de equipo estaban de acuerdo con la decisión de terminar detrás del coche de seguridad, otros como Carlos Sainz están muy enojados.
El español consideró que más que una mala decisión, esta vez todo pasó por la fortuna, que no sonrió a los pilotos.
"Es un poco anticlímax. Especialmente porque siento que podría haberse aclarado mucho más rápido. A veces es pura suerte cuando el coche de seguridad sale tres vueltas antes del final y no puedes hacer nada más que la carrera.
"También hay otros momentos -como ahora- en los que el coche de seguridad salía a pista con seis o siete vueltas y aún quedaba tiempo para limpiarlo todo y reiniciar la carrera”, aseguró.
El Gran Premio de Italia en Monza no fue lo que esperaba el establo de carreras italiano. Charles Leclerc partió desde la pole position, mientras que Sainz arrancó P18. Ambos tuvieron que pelear con un Max Verstappen que comenzaba séptimo.
Aún así, el holandés logró darle la vuelta al partido a su favor, en parte gracias a la acertada táctica de su equipo. La táctica de Verstappen funcionó a la perfección al final, con la ayuda del coche de seguridad provocado por Daniel Ricciardo, que hizo imposible conducir y la carrera terminó detrás del coche de seguridad y sin posibilidades para un Ferrari irritado.
"Pude competir mejor"
Sainz lamentó que no hubiera emoción en el cierre de la competencia y advirtió que si se hubieran disputado dos o tres giros más, el tercer lugar era suyo.
"Pero por alguna razón todo fue súper lento y no pudimos tener un espectáculo al final. Es una pena porque sentí que podríamos haber corrido por al menos dos o tres vueltas más.
"Fui rápido, especialmente cuando teníamos la predicción de atrapar a George (Russell) en la última vuelta y eso hubiera sido un buen final después de una buena remontada", sentenció.