Fernando Alonso puede soñar con ser campeón en Aston Martin. Cuando menos esa es la apuesta del equipo, que vive su segundo año con un plan que está pensado para lograr la meta en cinco.
El equipo vive horas bajas en esta Fórmula 1. Es penúltimo, a 411 puntos del líder Red Bull y a 79 de Alpine, que marca el 'título del resto' en la cuarta posición. El sueño se ve lejos, muy lejos.
El retiro de Sebastian Vettel al final de esta temporada ha provocado que toque el botón de pánico y firme al Nano apostando por él para convertirse en el mejor de todo el circuito.
La escudería es dirigida por Lawrence Stroll, un multimillonario canadiense que se ha caracterizado por hacer fortunas a donde quiera que va. Fernando le rendirá cuentas a él y compartirá espacio con su hijo Lance, sumamente criticado.
El jovencito ha recibido comentarios duros por su desempeño en la pista y por chocar. Ahora tratará de aprender todo lo que pueda del español.
Talleres que provocarán envidia
Lawrence ha atraído a marcas que ponen su nombre y mucho dinero en las arcas del equipo. Financieramente las cosas marchan bien y eso permite invertir en espacios para desarrollar el coche con el que sueñan todos ahí dentro.
En su sede en Silverstone está construyendo un nuevo túnel de viento, fábrica y simuladores de primera generación. Es decir, tiene las herramientas tecnológicas para pensar que el objetivo del título en los cinco años es más que sólo un discurso.
Su motor y su suspensión trasera son adquiridas en Mercedes, pero no es el único equipo grande en el que se apoya para sus planes. También reclutó talento de Red Bull y de Ferrari para que el gasto material sea bien aprovechado.
Sus dirigentes
Martin Whitmarsh es el CEO de la escudería. Fernando lo conoce de McLaren -en una época durísima para el español- y lo considera "una persona muy inteligente". En él intentará apoyarse para que las cosas salgan de la mejor manera.
El jefe se llama Mike Krack. Fue parte de escuderías como Sauber y tiene la misión de ayudar a que el sueño se haga realidad.
Pero el arma más importante se llama Dan Fallows. Pasó 15 años en Red Bull antes de parar por la "abstención laboral" que exige la Fórmula 1 y llegar a Aston Martin. Él es el director técnico del equipo y trabaja junto a su mano derecha: Andy Green.
Lawrence Stroll es el presidente de la escudería. Se le considera un Rey Midas que todo lo que toca lo convierte en oro. Salvó al equipo en 2018 cuando Vijay Mallya -dueño del entonces Force India- se metió en problemas que lo obligaron a deshacerse de la constructora en tiempos de Sergio Checo Pérez.
Stroll lo llevó a ganar a los dos años gracias a Sergio y luego puso a Sebastian Vettel en su lugar creyendo que las cosas iban a mejorar aún más, sin lograrlo. Ahora confía en Alonso para que eso pase.