El sobrepeso de los monoplazas de la Fórmula 1 ha sido uno de los muchos aspectos con los que han tenido que lidiar los equipos al inicio de esta temporada con reglamentaciones aerodinámicas nuevas.
Uno de los equipos que más sufrió con la regla del peso mínimo que había sido establecido en 795 kilos, en comparación a los 752 que se tenían, fue Red Bull, que junto a otros equipos que sufrían del mismo problema orilló a la dirección de la categoría a aumentar el mínimo a 798kg.
Sin embargo, tras el doble abandono que tuvieron en la carrera de Bahréin donde Ferrari se llevó el doblete, la escudería de Milton Keynes superó sus problemas de fiabilidad y han concentrado sus esfuerzos en bajar lo máximo posible el peso de sus autos.
Max Verstappen ha conseguido llevarse las victorias en las carreras de Jeddah e Imola, y ha ido subiendo escalones en la clasificación del Campeonato de Pilotos de la Fórmula 1.
Por su parte, Checo Pérez ha tenido un inicio fantástico consiguiendo la primera Pole Position de su carrera en el Corniche Circuit de Jeddah y alcanzando el segundo lugar en dos veces consecutivas en las carreras de Melbourne e Italia.
El duelo de desarrollo
La batalla por desarrollar y tratar de descifrar la mejor configuración posible para cada monoplaza de acuerdo a las características del circuito y del piloto, ya que mientras que los italianos son muy rápidos en las curvas, se han visto más lentos que los austriacos en las rectas.
Aunque el déficit de peso de la Scuderia ha sido menor, Red Bull se ha mostrado muy fuerte con todo y sus problemas para aligerar el auto de Verstappen y Pérez.
Es por eso que si el equipo austriaco logra bajar más su peso y volverse más rápido en las rectas, supondrá un reto bastante grande para los de Maranello igualar el rendimiento de sus rivales.