Sólo quedaban un par de días para que los autos de Fórmula 1 llegaran a la pista en el circuito de Imola, en el norte de Italia.
Por lo general, los equipos pasaban la primera parte de la semana finalizando la configuración del garaje, asegurándose de que el personal llegara de manera rápida y segura, y utilizando las previsiones meteorológicas para informar la planificación de la estrategia de carrera.
En cambio, el personal de F1 fue evacuado del paddock el martes, con franjas de la región local bajo el agua, antes de que se tomara la decisión de cancelar la el Gran Premio de Emilia-Romagna el miércoles por la tarde.
Esto se debe a que esa región italiana ha sufrido lluvias sin precedentes este mes anterior, lo que ha provocado graves inundaciones causadas por el desbordamiento de los cauces de los ríos.
Más de 198 milímetros de precipitación cayeron en un área en solo 24 horas, lo que provocó que el río Lamone aumentara su nivel normal de un metro a más de 11.
Cambio climático
Ahora, un segundo episodio de fuertes lluvias ha acosado el área, ejerciendo una mayor presión sobre los recursos ya agotados. Cinco mil personas han sido evacuadas de viviendas en la región, mientras que 300 bomberos han realizado operaciones de rescate e intervenciones y se cree que ocho seres humanos han muerto.
Se pronostican fuertes lluvias al menos durante los próximos 10 días.
Un estudio realizado por Cross Dependency Initiative a principios de este año determinó que Emilia-Romagna se encuentra entre las 10 regiones europeas con mayor riesgo por el cambio climático.
El año pasado, el área sufrió una sequía extrema, un evento más probable por los efectos del calentamiento global. La sequía hace que el suelo absorba menos agua, incluida la lluvia, y puede provocar inundaciones posteriores.