Año tras año, Alpine ha sido el equipo oficial con peores resultados en la Fórmula 1. En un intento por recuperar la ventaja competitiva, se tomó la controvertida decisión de abandonar el proyecto del motor Renault.
El consejero delegado, Luca de Meo, se muestra crítico respecto a los costes de las normativas técnicas actuales y futuras.
El equipo de carreras francés ha tenido un año muy difícil. Tras el Gran Premio de la Ciudad de México, vigésima carrera de la temporada, Pierre Gasly sólo tenía 9 puntos en el bolsillo y Esteban Ocon sólo 5 puntos.
Alpine quedó así en penúltimo lugar en la clasificación de constructores. El doble podio en São Paulo, donde las fuertes lluvias brasileñas brindaron espectáculo, finalmente salvó la temporada, porque de repente estaban por delante de Haas, VCARB y Williams en términos de puntos.
Pero el coche era, especialmente a principios de 2024, demasiado pesado e ineficiente. En un intento por reducir costos y con la esperanza de competir en la parte delantera con más frecuencia, Alpine decidió cerrar su división de motores Renault F1, para consternación de la apasionada fuerza laboral de la fábrica, y llegó a un acuerdo con Mercedes para comprar los motores y cajas de cambios de las Flechas Plateadas a partir de 2026. De esta manera, Alpine puede prestar más atención al chasis.
"Dirijo una empresa y para poder ganar, tuve que repensar el proyecto de F1", dijo De Meo a L'Equipe, después de que se tomó la decisión de no producir más su propia unidad de potencia.
"Estoy buscando atajos para que esto suceda. Ahora mismo somos invisibles. Otras dos temporadas como esta y el proyecto se esfumaría por completo. Llevamos tres años en una espiral descendente. Teniendo en cuenta la lógica financiera, teníamos que hacerlo de forma completamente diferente. Ahora vamos por ahí como un grupo de payasos en P16, P17".
"La estructura de recompensas en la Fórmula 1 no tiene en cuenta la "Las inversiones que hacen los equipos de fábrica", prosigue el milanés, que recuerda que hoy en día se obtiene mucho menos a cambio desarrollando los propios motores.
"Quién sabe, a largo plazo la F1 podría proponer una simplificación tecnológica, como un motor sin sistema híbrido, sin electrificación, que haga ruido y funcione con e-fuel para una imagen sostenible. Estas nuevas regulaciones son una especie de Frankenstein, donde se ha llegado a un compromiso entre las exigencias de cada fabricante", apunta De Meo, de cara a 2026, cuando el motor eléctrico tendrá que generar nada menos que la mitad de la potencia total. “Los costos de desarrollo han aumentado exponencialmente”.
Se dice que Alpine subestimó la transición a la era híbrida y no mejoró la infraestructura de la fábrica de Viry-Châtillon a tiempo para mantenerse al día con los avances de la Fórmula 1.
¿Quieres enterarte de TODA la información de Checo, Alonso, Colapinto y Sainz en tu bandeja de entrada? ¡Regístrate aquí!