Verstappen no estuvo en la cima en ninguna sesión del fin de semana pasado hasta la Q3. Contra lo esperado, el tres veces campeón del mundo consiguió la pole position para la carrera en el circuito de Albert Park. Salió bien al principio y mantuvo el liderato en la primera vuelta.
Sin embargo, en la segunda vuelta cometió un error que le dio a Carlos Sainz la oportunidad de adelantarle con la ayuda del DRS. Dos vueltas más tarde, salió humo del RB20 de Verstappen y tuvo que reducir la velocidad.
El holandés se dirigía hacia boxes cuando el freno trasero derecho explotó y se inició un pequeño incendio. Fue su primer abandono desde 2022, casualmente también durante el Gran Premio de Australia, pero en aquel momento se debió a una rotura del sistema de combustible. Verstappen pudo lograr una décima victoria consecutiva, un récord, pero fue Sainz quien se llevó el trofeo.
¿A qué atribuyen la falla en al auto del compañero de Checo?
La causa de los problemas de frenado en el líder del campeonato, todavía está bajo investigación. El jefe del equipo Red Bull, Christian Horner, dijo a Viaplay en Melbourne que tuvo algunos momentos desde el principio de la carrera donde "condujo con el freno de mano puesto".
Brembo, que ha sido el proveedor de pastillas de freno de Red Bull durante muchos años, pudo ofrecer más información después de la carrera en Australia. La empresa italiana afirmó en declaraciones a varios medios que no hubo problemas con los componentes ni con los materiales utilizados en la producción de las piezas que suministraron.
Brembo atribuye la responsabilidad a Red Bull. Según el fabricante de frenos, el fallo de Verstappen no se debe a desviaciones en los componentes ni a un defecto en los materiales.
Lo más probable es que el problema surgiera de una elección con la configuración del coche que hizo el propio Red Bull. El equipo austriaco aún no ha podido confirmarlo.