Alexander Albon se ha sincerado sobre su etapa como compañero de equipo de Max Verstappen y explicó por qué todos los compañeros del neerlandés sufren a su lado.
Cuando Alexander Albon se unió a Red Bull en 2019, solo había completado seis meses en la Fórmula 1. Sus primeros seis meses con el equipo transcurrieron bastante bien, pero en 2020 el actual piloto de Williams vivió una temporada dramática. Sus resultados fueron extremadamente decepcionantes.
En aquel momento, Albon lidió con los mismos problemas que un año antes tuvo que afrontar Pierre Gasly, y que, en cierta medida, también padeció Sergio Pérez en un punto de 2023.
No puede ser culpa de los conductores. Todos ellos han demostrado ser pilotos muy capaces en su época anterior o posterior a Red Bull. Gasly y Checo incluso ganaron carreras en sus equipos menos competitivos, pero junto a Max tuvieron dificultades para mantenerse firmes.
Explicado
En el podcast de High Performance, Albon habló de su colaboración con el holandés: "Max tiene un estilo de conducción único.
"En primer lugar, mucha gente dice que el coche está diseñado pensando en él, pero, para ser honesto, el coche es exactamente lo que es. Max es excepcionalmente rápido. Tiene un estilo de conducción único en el que no es fácil adoptar.
"Personalmente tengo un estilo que es un poco más suave y fluido, pero me gustan los coches que son un poco nítidos y directos. Max también quiere eso, pero su nivel es unos grados más alto.
"Si configuras la sensibilidad del mouse al máximo en tu computadora, el cursor se disparará en todas direcciones. Así es como se siente. Todo se vuelve tan agudo que se vuelve extremadamente difícil.
"Lo que pasa entonces es que estás un poco por detrás de Max al principio, pero no tanto. Y a lo largo de la temporada, Max quiere que todo se vuelva cada vez más nítido, y con cada paso se vuelve más rápido. Crea un efecto de bola de nieve.
"Hay que empezar a correr riesgos. Entonces estás unas décimas por detrás, intentas algo más y luego sufres una caída. Luego tienes que volver a intentarlo, pero ahora tienes menos confianza en ti mismo y necesitas un poco más de tiempo.
"Esa brecha luego crece un poco. La próxima vez que lo intentes, tendrás otro giro o fallará. Crea un efecto de bola de nieve. Cada vez te pone más presión. Cuanto más tienes que pensar, menos estás en ese fluir y más confianza en ti mismo pierdes. En realidad, eso nunca funciona", señaló.